En América Latina, la colonialidad del hacer nos impide valorar lo que ya hemos hecho y, a partir de ahí, hacer lo que hay que hacer. A menudo preferimos importar el diseño europeo en lugar de construir sobre gambiarras y otras formas populares de diseño. En Brasil, sin embargo, la resistencia a la colonialidad del hacer ha llevado al desarrollo de un enfoque de diseño llamado diseño libre, que incorpora formas populares de diseño. Esta charla muestra ejemplos de diseño libre que exploran la antropofagia, la pluriversalidad y la monstruosidad como formas de combatir la colonialidad del hacer.
Ponencia invitada del curso Estudios (Críticos) Históricos del Diseño Latinoamericano, Professor Juan G. Montalván, Pontificia Universidad Católica del Perú.
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Entonces, voy a hablar por unos pocos minutos acerca de una reflexión de la colonialidad del hacer, que es un concepto que estamos desarrollando, y también la alternativa, la universal alternativa que es el diseño libre, una praxis de diseño centrada en la libertad, no la libertad individual, sino la libertad colectiva de la que habla Paulo Freire y otros filósofos latinoamericanos.
Agradezco la invitación, Juan Montalbán, para hablar con nuestros hermanos latinoamericanos, que podemos unir fuerzas para la lucha desde la colonización, así como quería el filósofo Álvaro Vieira Pinto, maestro filosófico de Paulo Freire. No es muy conocido en Brasil, tampoco en Latinoamérica, porque fue perseguido por la fuerza dictatorial brasileña muy fuertemente en los años 60 y 80. Tuvo que exiliarse en Chile. Allá escribió libros como “Ciencia y Existencia” y un tratado acerca de demografía, mas al retorno a Brasil se quedo como un intelectual prohibido de poner charlas en universidades, completamente ostracizado, isolado. En esto contexto escribió el libro “El concepto de tecnología”, que solo fue encontrado 30 años después de su muerte. Es una publicación póstuma, que es muy importante para el pensamiento latinoamericano de filosofía, de la técnica y ciencia, tecnología y sociedad. Estamos en los últimos años atareados con la historia de la obra de este filósofo, y voy a destacar unos puntos de esta obra que son magistrales para el diseño.
Por ejemplo, el punto central de su filosofía es lo que hay que hacer que hay que dirigir la atención, al hacer como que hacer. No es una filosofía centrada en el pensamiento, por ejemplo, como Cartesiana o Heideggeriana. Es una filosofía centrada en lo que tenemos que hacer en Latinoamérica, en Brasil, en nuestros pueblos subdesarrollados.
Si partimos de esta premisa general de su filosofía, entonces tenemos que los seres humanos habitan mundos que están en parte hechos, y en parte por hacer. Y es una diferencia tradicional, oposición entre cultura y naturaleza, que los pueblos de Europa, los colonizadores, utilizaron para justificar la colonización. El proceso de colonización moderna estableció una división geográfica entre el mundo hecho y el mundo por hacer. Pero el mundo por hacer fue conceptualizado como una naturaleza pristina, una naturaleza no hecha. Europa se ubicó como el mundo hecho, la que seguirían las colonias deberían se hacer como la Europa tuvo hacido en el pasado, como si la América fuese una versión primitiva o potencial de Europa.
La verdad que Europa hizo su riqueza con lo que deshizo en la América, porque acá ya había varios mundos hechos, como Abia Yala, Turtle Island, Pindorama, y muchos otros nombres que los pueblos originarios indígenas tuvieron utilizados para denominar nuestras tierras.
Hoy, esta división de mundos sigue viva, más con otras denominaciones. Por ejemplo, en el siglo XX, las cuestiones de colonización se transformaron en cuestiones de desarrollo desigual. Figuras como esta, que estan baseada en conceptos de una sociedad dividida entre los pobres y los ricos, fueron utilizadas también para justificar el desarrollo, ayuda a el desarrollo, por ejemplo, como una cuestión moral, que si hay muchas personas subdesarrolladas, tenemos que desarrollarlas con las tecnologías y las prácticas económicas. En la segunda mitad del siglo XX, se establecen las democracias y las dictaduras neoliberales, que son lo más peligrosas.
Esta situación de desarrollo tuvo un impacto profundizado en los discursos en torno al diseño. Por ejemplo, nos impidió reconocer el diseño, las formas de diseñar que estaban acá en nuestros pueblos, que son diseños con otros nombres, por ejemplo, gambiarra, malicia indígena. No sé cómo se denominan en Perú, mas acá en Brasil tenemos muchos ejemplos de diseño del pueblo. La gambiarra que está a la izquierda de esta imagen, es la misma solución que la que está en la imagen de la derecha. La diferencia es que la imagen de la derecha representa una versión de proyecto que se estableció como solo pensado, no solo hecho, como los diseños subdesarrollados de los pueblos originarios y también de los pueblos precarizados que viven en las favelas, en las partes más subdesarrolladas de la ciudad.
Hay un aparato ideológico que se hace el mundo hecho como el mundo hecho aparentemente con menos reflexión, que se quedará en un futuro apocalíptico, contaminado y feo, por esso los países desarrollados deben domesticar-lo. Por ejemplo, Blade Runner se muestra en la parte de Hong Kong como el futuro de toda la civilización, si seguimos desarrollando nuestra sociedad como desarrollamos hoy, entonces todo el mundo se tornará subdesarrollado, como si una distopía se viera como los latinoamericanos o los chinos. Aquí hay una reflexión más crítica acerca de lo que está detrás de estos discursos, de estas ideologías, que es la domesticación del colonizado como un soporte para la domesticación del futuro.
En la Expo 58 hay en diferentes partes de la misma exhibición un atomo y lo artesano congoleño como potencias que están dominadas por Bélgica, un país colonial también que no tuvo una presencia muy fuerte en Latinoamérica, mas por cierto, tuve una influencia muy gran en África, una influencia mortal, terrible, que hasta hoy no ha sido resolvida. En Congo sigue teniendo una guerra tras otra, primariamente por la introducción de conflictos tribales. La cuestión aquí es que la Bélgica tuvo la imaginación de que estaba dominando a los colonizados, dando unas ropitas, mas estaban exhibiendo a los colonizados como parte de un zoológico humano. Este artesano trabajaba dentro de una cela, la misma que se utilizaba con los animales. Este fue el último caso documental de zoológico humano, muy criticado, mas estas prácticas siguen ocurriendo en una forma más sutil.
En los futuros domesticados, las cosas cambian pero las personas siguen siendo las mismas, porque el objetivo es mantener el presente tal y como es para quienes se ven privilegiados por él. Por ejemplo, través del diseño especulativo se puede reproducir estas diferencias culturales que hierarquizan negativamente los pueblos subdesarrollados. En 2019, Microsoft hice una película imaginando las relaciones educacionales, aprendizaje, que seguirán ocurriendo de la misma manera que hoy. Una maestra va a guiar a sus chicos para conocer el mundo como una cuestión geográfica, sin discutir las cuestiones geopolíticas que estamos hablando acá.
Entonces, en el centro de esta película, hay un chico indiano aprendiendo una cosa con una chica australiana, que a pesar de estar en el hemisferio del sur, puede ser considerada también parte del norte global y reproduce las mismas relaciones coloniales que los países anglófonos típicamente reproducen. Aquí hay una interacción que es muy interesante, como una evidencia de esta relación intercultural desbalanceada, unilateral, en que lo chico indiano responde a la pregunta de la chica australiana si en India los gatos son considerados más fuertes, pues no conoces la otra cultura.
Ocurre que el chico conoce muy bien la cultura australiana porque és la cultura de los colonizadores y tiene que conocer para sobrevivir a la colonización. Cuando el capital entra en crisis, se especula sobre cómo hacer a otras personas, pero esto no deja de ser una domesticación del futuro a través de la colonialidad del hacer. No se cambian fundamentalmente las relaciones humanas en este ejemplo. Sigue ocurriendo la misma relación desbalanceada, la misma relación colonial que otra hora. Esto no es un futuro tampoco, mas un presente que las grandes corporaciones quieren mantener siguiendo dominando.
Para romper con esta colonialidad del hacer, es necesario afrontar el reto de hacerse a sí mismo, no el otro, como se un quehacer. Hemos desarrollado en años recientes un taller llamado “Yo soy mi basura” donde preguntamos: “¿Quiero seguir haciéndome así? Como me hago con el consumo de cosas que necesito en mi día a día?” La respuesta és un autoretrato con la basura que este consumo implica, una foto de nosotros mismos con la basura acumulada a lo largo de una semana.
Mis estudiantes fueron muy inteligentes en utilizar esta oportunidad para reflejarse sobre sus propios privilegios, más también la ausencia de privilegios, como diferentes miembros de grupos sociales. No preguntamos entonces cuál es la responsabilidad de los diseñadores de envases, más también los diseñadores del mundo que habitamos, el mundo diseñado por diseñadores profesionales y vivido por nosotros. Cuestionar el quehacer nos lleva a nos rehacer, rehacer en temas de lo que ya hemos hecho, y no lo que los colonizadores digan que debemos nos rehacer.
El reconocimiento del mundo hecho detrás del mundo por hacer revela el eje histórico que va desde el trayecto que hemos hecho al proyecto que pretendemos hacer. No voy a profundizar mucho en esto, solo recordar que esto es una oposición diferente, una oposición más dialética que la oposición entre cultura y la naturaleza. Entonces para liberar futuros domesticados en diseño, tenemos que rehacer nuestros trayectos, mirar nuestros pasados, no solamente mirar el futuro, sino que primariamente rejeitar, no aceptar los futuros importados, los futuros domesticados que los pueblos colonizadores intentan imponer en nuestras culturas.
Partindo de esta perspectiva anticolonial, desarrollamos un estilo propio para diseños especulativos críticos latinoamericanos ao cual llamamos de “futro”, porque es la alternativa al retro. Es un estilo de diseño especulativo que consiste en anticipar el desarrollo de una tecnología en el pasado y especular sobre un posible presente alternativo en que los oprimidos tengan más posibilidades de reaccionar ante la opresión.
En la medida que se dispone más información del fondo, que está disponible en el pasado, el diseñador no tiene licencia para especular sin fundamento y no va a ser perdido en las imaginaciones del norte global colonizador. Es necesario conocer los trayectos recorridos por nuestros antepasados para poder realizar nuestros proyectos con más responsabilidad.
Hay muchas actividades que tuvimos desarrolladas en nuestros talleres, que están documentadas en muchos artículos, y que nos permiten desarrollar una conciencia crítica de la amanualidad, de esta relación con nuestras cosas en nuestro mundo. El cuerpo emergió como una categoría central de la crítica del mundo, porque si partimos del cuerpo, tenemos la posibilidad de tratar la colonialidad de hacer como una cuestión de opresión. El teatro de oprimido surgió como una práctica artística muy importante en nuestros talleres, porque es de parte de una comprensión corporificada de la opresión, y también del rol de cosas diseñadas, proyectadas, para oprimir o para libertar a las personas en la escena, en la historia. Hemos utilizado el teatro de oprimido como un proceso de comprensión, de análisis, pero también de creación de escenarios especulativos basados en el pasado, con la comprensión crítica del pasado del Brasil.
Este es un ejemplo de un resultado final de un taller de diseño especulativo. Los estudiantes tuvieron un documentario falso acerca del golpe que Dilma Rousseff, nuestra presidenta, tuvo sufrido en 2016. En nuestra película, los estudiantes aventan la posibilidad de que el gobierno de Estados Unidos estaba involucrado con el golpe a través de una inteligencia artificial extranjera, una inteligencia americana, estadounidense, gringa, que Dilma Rousseff estuvo instalando en su computador en alusión a la cuestión real de que Dilma estaba siendo espionada a través del sistema de espionaje de NSA, National Security Agency of the United States. Entonces, nuestros estudiantes estaban muy atentos con la política nacional y el rol de diseño de nuevas tecnologías en la perpetuación de relaciones coloniales.
La cuestión más amplia que estos debates con los estudiantes nos traen es qué clase de mundo estamos haciéndonos nosotros de esta manera. Hay muchas cuestiones filosóficas que no voy a abordar aquí en esta discusión, pero están en nuestros artículos. También esta transición entre ser un auténtico yo y ser una cosa reducida que no tiene autodeterminación es una cuestión muy recurrente en la historia de colonización, pero también podemos nos hacer como cosas alternativas, como cosas grandiosas que están miradas a nuestros intereses.
Por ejemplo, el pluriverso es una cosa gigantesca que estamos construyendo como un universal alternativo a la colonización. Arturo Escobar, un antropólogo colombiano, escribo este muy hermoso libro “Designs for the Pluriverse” que es basado en la visión del mundo de zapatistas, un mundo donde quepan muchos mundos. Entonces, hay muchas cosas que están siendo desarrolladas con base en conceptos de pluriverso, pero también en Latinoamérica hay otros conceptos.
En Brasil, por ejemplo, la antropofagia es muy influyente. Ela está basada en la práctica de los indígenas, que tuvo primer contacto con los portugueses, se encantaron con los portugueses a tanto que se decidieron por comerlos e incorporar sus fuerzas, sus ideas en la tribu. Inspiradas en los primeros indígenas de Brasil, muchos artistas desde el siglo XX han desarrollado una práctica artística crítica llamada antropofagia, que influyó muy fuertemente en nuestras prácticas pedagógicas en el siglo XXI.
El Instituto Faber-Ludens, una organización sin fines lucrativos que se ocupó de diseño de interacción en Brasil que yo y unos tantos fundamos en 2007, partia de la idea de que las tecnologías extranjeras deberían ser comidas para los brasileños para conectar con sus prácticas culturales locales.
Registramos estas ideas en un libro llamado Diseño Libre (2012), que tiene una traducción también a la español. Está disponible gratuitamente en la web, pueden buscarlo después. Este es un diseño libre, es una combinación de conceptos de hardware libre, software libre, más también una cuestión latinoamericana, por ejemplo, la antropofagia.
Acá hay un ejemplo de un proyecto contemporáneo de nuestros estudiantes a la Universidad Tecnológica inspirada en Diseño Libre. Es un sistema de móviles modulares, en que se cambian las formas, se adaptan a las actividades de las personas, y pueden ser producidos de manera distribuida por los propios usuarios. Pueden también hacer la máquina de hacer los módulos y distribuir la tecnología para camadas que no tienen acceso a muchos recursos para producir su existencia.
El tercer y último alternativo universal es el monstruo. Desde los primeros colonizadores, los latinoamericanos, los indígenas, los pueblos originarios, son conceptualizados como monstruos porque no son comprendidos por los colonizadores. Y aceptemos estas denominaciones, no estamos denegando, estamos asumiendo que somos monstruos, sí, somos diferentes, tenemos una cultura de hibridismos, de transformaciones, de misturas, de mestizaje que nos hacen más diferentes que los europeos. No somos patronizados y estamos satisfechos con esto.
Tuvimos una experiencia de hacer un monstruo colectivo como parte de un manifiesto acerca de la politización del diseño que resultó en un manifiesto digital que rompe con todas las reglas del diseño colonial, de la teoría de la color, de la armonía. Creo que fue un momento muy sensible de la política brasileña en 2019, cuando Jair Bolsonaro estaba en el primer año de su gobierno y dividiendo el país en dos: las personas que creían en sus narrativas y las otras que criticaban. Por lo tanto, consideramos que tuvieron que dialogar y hacer junto. Ja no podían se aislar porque esto estaba arriesgando la democracia en Brasil.
Unos años después, descubrimos que el monstruo no tiene que poder estar formado por varios cuerpos, sino que puede ser también un único cuerpo que es mutante. En Teatro del Oprimido Digital Remoto, experimentamos con los filtros de Snapchat una chica que se hacía un personaje que cambiaba su apariencia para expresionar sus emociones más fuertemente. Fue un caso brillante, una dramaturgía que estaba involucrada con el proceso de descolonización del pensamiento latinoamericano del diseño, sobretodo con conceptos colonizadores como design thinking.
Para cerrar mi charla, el quejacer del diseño libre no es solo un hacer libre para hacer libre, como en el copyleft californiano, sino un hacer libre para ser libre. La dimensión ontológica es la más importante para el diseño que estoy hoy hablando para ustedes.
Entonces, retorno al filósofo Vieira Pinto, que tuvo escrito muchas cosas acerca de una ontología latinoamericana, brasileña, anticolonial. Su conclusión es que “solo cuando la conciencia se esteriliza en la realización de un proyecto de hacerse libre, es posible llamarla libre”. Libertad no es una condición sine qua non de ser humano, como lo querían Sartre y otros existencialistas. No nacemos libres, no estamos condenados a ser libre, sino que tenemos que nos hacer libres. Entonces, mis hermanos, tenemos que luchar por la libertad, luchar por nuestro diseño, porque es un campo muy importante para nuestros mundos. Gracias, muchas gracias. Estoy abierto al diálogo.
Referencias
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